Fisioterapia Asier Merino - Maite Goicoechea - Vitoria-Gasteiz, Álava

estitxu P.

Me traté con María una fascitis que me tuvo dos años de baja y que me llevó a varios fisios y podólogos, con el dinero que ello conlleva, y María, con su manera de explicar, de hacerte entender el dolor , de ayudarte y acompañarte en el proceso, y sin tocarme el pie en ningún momento, hizo su 'magia'. Tres años después sigo perfecta, sabiendo que mi problema no era mi pie, sino mi cerebro y sus malas pasadas. Recomiendo a todo el mundo con dolor crónico pasarse por la clínica y hablar con ellos, no tienes nada que perder, y sí mucho que ganar.

Macarena F.

Maravillosos profesionales. Tienen un enfoque novedoso (y más que contrastado) hacia el dolor crónico que libera del dolor, pero también del miedo a nuestro cuerpo; con técnicas sencillas y mucho sentido del humor. Me he tratado con Maite y solo tengo palabras de agradecimiento. Aquí te sentirás apoyado, validado, y fortalecido. La mejor inversión.

Yasone G.

La verdad que estoy encantada. He acudido en alguna ocasión y en determinados momentos al fisioterapia por dolores, contracturas y siempre el tratamiento a tenido resultados a corto-medio plazo.
En enero inicie tratamiento en este centro y en la actualidad me encuentro genial, han desaparecido los dolores y el miedo a que vuelvan a reaparecer, siento que he aprendido a analizar y automatizar los movimientos que favorecen en mi cuerpo, así como eliminar todos aquellos que ejercen efectos negativos. Esto ha generado beneficios en mi día a día y en la práctica deportiva.
Así que como veis muy agradecida.....

Gorka I. D. H.

Acudí a ellos debido a un lesión de hernia discal tras un largo periodo de convalecencia.
Asier me proporcionó un enfoque totalmente diferente a los que hasta ese momento había encontrado en otros profesionales.
Gracias a ello, conseguí el empujón que me faltaba para regresar a la actividad deportiva, así como una nueva visión acerca del funcionamiento de los mecanismos del dolor, y otra serie de aspectos de nuestro cuerpo y nuestro sistema central nervioso muy muy interesantes que hasta entonces no conocía.
Desde aquí quiero agradecer su gran profesionalidad, implicación y su trato, que ha sido muy cercano.
En ocasiones buscamos en los profesionales de la salud una solución "externa" a nuestros problemas o dolencias y lo que necesitamos son las herramientas para que nosotros mismos tengamos la capacidad de ser parte activa de esa solución que no siempre está "fuera de nosotros".

Oscar M.

80 euros malgastados, esa es mi experiencia.
Primera sesión de 1h, que empieza con 15 minutos de retraso solo recoge datos, no explora, ni trata. 2ª sesión, exploración más encaminada a comprobar la elongación articular que a trabajar.

Con sacar libros, hacer citas de expertos y decir que el cuerpo humano no es como una lavadora no se recupera un paciente que acude con dolor. Maite no me gusto nada como profesional. Creo que hace falta humildad y humanidad para una profesión como esta. No se lo recomiendo a nadie.

Olga B.

Asier supo detectar rápidamente mi problema y solucionarlo. Me ayudo a entender de donde provenía mi dolor de espalda, así como a entender el funcionamiento del cerebro; favoreciendo de esta forma la recuperación. Eskerrik asko

Mari J. C.

Completamente recomendable. Lo mejor que hicieron en la Unidad del dolor de Txagorritxu fue aconsejarme acudir a la consulta de fisioterapia de Asier Merino. He recuperado mi "vida normal" y el control de mi dolor de espalda después de varios años de mucho dolor y medicinas. Gracias por todo.

Ander R.

Vas con una contractura, por que estás mal y dolorido, buscas aliviar esa tensión muscular y por eso se elije ir a un fisioterapeuta.
Llegas al local, te empieza a hablar (Asier), ni te toca para hacerte masaje, sólo habla, habla y habla cosas bastante evidentes sobre temas musculares y resulta que te vas de allí igual que llegaste y te sopla 50 euros, repito, por sólo hablar. Si quiero hablar voy al psicólogo o hablo con gente de mi alrededor, si voy al fisioterapeuta, quiero descontracturarme, no que me cobren 50 euros por hablarme.
Tras comentar con conocidos/as y familiares, coincidió que les había ocurrido lo mismo. Una decepción.